SÁBADO UN DÍA ESPECIAL
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sábado, 29 de diciembre de 2012
El sábado está destinado para ponernos en armonía con Dios
lunes, 1 de octubre de 2012
El reposo del sábado y el gozo en la eternidad
Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová. Isaías 66:23.
Por fin Jesús descansaba. El largo día de oprobio y tortura había terminado. Al llegar el sábado con los últimos rayos del sol poniente, el Hijo de Dios yacía en quietud en la tumba de José. Terminada su obra, con las manos cruzadas en paz, descansó durante las horas sagradas del sábado.
Al principio el Padre y el Hijo habían descansado el sábado después de su obra de creación. Cuando fueron “acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos” (Génesis 2:1), el Creador y todos los seres celestiales se regocijaron en la contemplación de la gloriosa escena. “Cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios” Job 38:7.
Ahora Jesús descansaba de la obra de la redención; y aunque había pesar entre quienes le amaban en la tierra, había gozo en el cielo. La promesa de lo futuro era gloriosa a los ojos de los seres celestiales... Con esta escena está para siempre vinculado el día en que Cristo descansó. Porque su “obra es perfecta”; y “todo lo que Dios hace será perpetuo” Deuteronomio 32:4; Eclesiastés 3:14. Cuando se produzca “la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Hechos 3:21), el sábado de la creación, el día en que Cristo descansó en la tumba de José, será todavía un día de reposo y regocijo. El cielo y la tierra se unirán en alabanza, mientras “de día de reposo en día de reposo” (Isaías 66:23) las naciones de los salvos adorarán con gozo a Dios y al Cordero.
En los acontecimientos finales de la crucifixión se dieron nuevas pruebas del cumplimiento de la profecía y nuevos testimonios de la divinidad de Cristo. Cuando las tinieblas se alzaron de la cruz, y el Salvador hubo exhalado su clamor moribundo, inmediatamente se oyó otra voz que decía: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios”. Mateo 27:54.—El Deseado de Todas las Gentes, 714.
martes, 18 de septiembre de 2012
Hacer el bien en sábado honra el día.
Cuando le preguntaron: “¿Es lícito sanar en el día de reposo?”, Jesús contestó: “¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues, ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo”. Mateo 12:10-12. Los espías no se atrevían a contestar a Jesús en presencia de la multitud por temor a meterse en dificultades. Sabían que él había dicho la verdad. Mientras que aliviarían a un animal por causa de la pérdida que sufriría el dueño si lo descuidaban, estaban dispuestos a dejar sufrir a un ser humano antes que violar sus tradiciones. Así manifestaban un mayor cuidado por un animal que por la persona, que fue hecha a la imagen de Dios. Esto ilustra el resultado de todas las religiones falsas. Tienen su origen en el deseo del ser humano de exaltarse por encima de Dios, pero llegan a degradar a la humanidad por debajo del nivel de los brutos. Toda religión que combate la soberanía de Dios, defrauda a la humanidad de la gloria que le fue concedida en la creación, y que ha de serle devuelta en Cristo. Toda religión falsa enseña a sus adeptos a descuidar las necesidades, los sufrimientos y los derechos de los humanos. El evangelio concede alto valor a la humanidad como adquisición hecha por la sangre de Cristo, y enseña a considerar con ternura las necesidades y desgracias de la humanidad... Cuando Jesús preguntó a los fariseos si era lícito hacer bien o mal en sábado, salvar la vida o matar, les hizo confrontar sus propios malos deseos. Con acerbo odio ellos deseaban matarle mientras él estaba salvando vidas e impartiendo felicidad a muchedumbres. ¿Era mejor matar en sábado, según se proponían ellos hacer, que sanar a los afligidos como lo había hecho él? ¿Era más justo tener homicidio en el corazón en el día santo que tener hacia todos un amor que se expresara en hechos de misericordia? Al sanar al hombre que tenía una mano seca, Jesús condenó la costumbre de los judíos, y dejó al cuarto mandamiento tal cual Dios lo había dado. “Es lícito hacer el bien en los días de reposo”, declaró. Poniendo a un lado las restricciones sin sentido de los judíos, honró el sábado, mientras que los que se quejaban contra él deshonraban el día santo de Dios.—El Deseado de Todas las Gentes, 253, 254
miércoles, 5 de septiembre de 2012
La obra de salvar almas en sábado.
jueves, 23 de agosto de 2012
El Sábado señal de lealtad: Hacer el bien en sábado
Hacer el bien en sábado
Por que el Hijo del Hombre es Señor el día de reposo... es lícito hacer el bien en los días de reposo. Mateo 12:8, 12.
Jesús tenía lecciones que deseaba darle a sus discípulos para que cuando él no estuviera más con ellos, no fueran engañados por las astutas falsificaciones de los sacerdotes y gobernantes con respecto a la correcta observancia del sábado. Quitaría del sábado las tradiciones y las exacciones con que lo habían cargado los sacerdotes y gobernantes. Al pasar por un sembrado en un día de sábado, él y sus discípulos tenían hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. “Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo”. Mateo 12:2. Para responder a su acusación, Jesús se refirió a la acción de David y los que con él estaban, diciendo: “¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí”. Mateo 12:3-6. Si la excesiva hambre disculpó a David de violar aun la santidad del Santuario, e hizo su acto libre de culpa, ¡cuánto más disculpable era el simple acto de los discípulos de arrancar espigas y comerlas en el día sábado! Jesús quería enseñar a sus discípulos y a sus enemigos que el servicio de Dios está antes que cualquier otra cosa; y que si el cansancio y el hambre acompañaban al trabajo, era correcto satisfacer las necesidades de la humanidad aun en el día sábado... Las obras de misericordia y de necesidad no son transgresión de la ley. Dios no condena esas cosas. Jesús declaró que el acto de misericordia y de necesidad al pasar por los sembrados, de arrancar espigas y restregarlas con las manos, y comerlas para satisfacer el hambre, estaba de acuerdo con la ley que él mismo había promulgado desde el Sinaí. De esa manera se declaró sin culpa ante los escribas, gobernantes y sacerdotes, ante el universo celestial, ante los ángeles caídos y ante los hombres caídos.—The Review and Herald, 3 de agosto de 1897.
martes, 31 de julio de 2012
El sábado espurio, una señal indicadora falsa,
El Señor ha señalado claramente el camino a la ciudad de Dios; pero el gran apóstata ha cambiado la señal colocando una falsa: un día de reposo espurio. Declara: “Actuaré en contra de Dios. Daré poder a mi delegado, el hombre de pecado, para que derribe el monumento conmemorativo de Dios: el día de reposo del séptimo día. Así mostraré al mundo que el día santificado y bendecido por Dios ha sido cambiado. Ese día no perdurará en la mente de la gente. Borraré su recuerdo. Colocaré en su lugar un día que no tenga las credenciales del cielo, un día que no pueda ser una señal entre Dios y su pueblo. “Haré que la gente que acepta este día le atribuya la santidad que Dios puso sobre el séptimo día. Me ensalzaré por medio de mi representante. Será ensalzado el primer día y el mundo protestante recibirá como genuino este falso día de reposo. Mediante la violación del día de reposo instituido por Dios, haré que se desprecie su ley. Haré que a mi día de reposo se le apliquen las palabras ‘Señal entre mí y vuestras generaciones’. Así el mundo llegará a ser mío. Seré gobernante de la tierra, príncipe del mundo. Controlaré de tal modo las mentes con mi poder, que el sábado de Dios será objeto de menosprecio”... El hombre de pecado ha instituido un falso día de reposo, y el llamado mundo cristiano ha adoptado a este hijo del papado, negándose a obedecer a Dios. Así Satanás conduce a los hombres y a las mujeres en una dirección opuesta a la ciudad de refugio. Considerando las multitudes que lo siguen, queda demostrado que Adán y Eva no son los únicos que han aceptado las palabras del astuto enemigo. El enemigo de todo lo bueno ha cambiado la señal indicadora, para que señale hacia el camino de la desobediencia como si fuera la senda de la felicidad.— Comentario Bíblico Adventista 4:1193.
martes, 24 de julio de 2012
La señal de autoridad divina,
El sábado es un broche de oro que une a Dios y a su pueblo. Pero el mandamiento del sábado ha sido violado. El día santo de Dios ha sido profanado. El sábado ha sido sacado de su lugar por el hombre de pecado, y se ha ensalzado en su lugar un día de trabajo común. Se ha hecho una brecha en la ley, y esta brecha ha de ser reparada. El sábado debe ser ensalzado a la posición que merece como día de reposo de Dios. En el (capítulo 58) de Isaías se bosqueja la obra que el pueblo de Dios ha de hacer. Debe ensalzar la ley y hacerla honorable, edificar en los antiguos desiertos y levantar los fundamentos de muchas generaciones. A los que hagan esta obra, Dios dice: “Serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado” Isaías 58:12-14. La cuestión del sábado será el punto culminante del gran conflicto final en el cual todo el mundo tomará parte. Hombres y mujeres han honrado los principios de Satanás por encima de los principios que rigen los cielos. Han aceptado el falso día de descanso que Satanás ha exaltado como señal de su autoridad. Pero Dios ha puesto su sello sobre su requerimiento real. Ambos días de reposo [el verdadero y el falso] llevan el nombre de su autor, una marca imborrable que demuestra la autoridad de cada uno. La obra de ustedes es inducir a la gente a comprender esto. Debemos mostrarle que es de consecuencia vital llevar la marca del reino de Dios o la marca de la rebelión, porque se reconocen súbditos del reino cuya marca llevan. Dios nos ha llamado a enarbolar el estandarte de su sábado pisoteado. ¡Cuán importante es, pues, que nuestro ejemplo sea correcto en la observancia del sábado!—Joyas de los Testimonios 3:18, 19. [138] 141
viernes, 6 de julio de 2012
La verdad del sábado está apoyada por la palabra
lunes, 2 de julio de 2012
Satanás ataca el monumento conmemorativo de Dios
El enemigo ha trabajado en el mundo religioso para engañar a la gente con el fin de que crea que la ley de Dios puede ser puesta a un lado. Ha tenido largos años de experiencia en esta obra, porque comenzó con nuestros primeros padres, usando sus poderes para hacerlos desconfiar de Dios. Sabe que tendrá éxito si puede interponerse entre sus almas y Dios. [Y fue por esto que] la perspectiva de llegar a ser dioses, conociendo el bien y el mal, fue agradable para Adán y Eva, y cedieron a la tentación Al recibir un conocimiento del bien y del mal, los seres humanos sienten que están ganando mucho, pero no entienden los propósitos de Satanás. No entienden que están siendo embaucados por su trampa cuando alteran la ley de Dios. El enemigo sabe que si la iglesia puede ser manejada por sanciones políticas, si puede ser llevada a unirse con el mundo, reconocerá virtualmente a Satanás como su cabeza. Entonces, la autoridad de los mandamientos hechos por el hombre obrará para oponerse a la regla del gobierno del cielo. Bajo el liderazgo de Satanás están los que prescinden de las justas y sagradas normas de Dios con respecto al sábado, la observancia del cual debe ser una señal entre Dios y su pueblo para siempre. El mundo religioso está prendado con el plan de Satanás. Anulando la ley de Dios, ha creado un orden de cosas enteramente propias. Por medio de su trabajo engañoso ha conseguido, en el profeso mundo cristiano, lo que pensó que conseguiría en el cielo: la abrogación de las leyes de Jehová. Por medio del poder romano ha trabajado para transferir el monumento conmemorativo de Dios, y ha erigido un monumento conmemorativo propio para separar a Dios de su pueblo. Hoy el mundo protestante está apartado de Dios por su aceptación de un falso sábado. No pueden encontrar ni una jota de autoridad sagrada para hacer esto; y sin embargo, llenos de celo, afirman que el monumento conmemorativo de Dios dado en la creación debe ignorarse, despreciarse, pisotearse, y el primer día de la semana debe ocupar su lugar. No podría infligirse una herida más profunda en Dios que ignorar su santo día y colocar en su lugar un sábado falso que no lleva señal de santidad. Dios dio el sábado al mundo para que fuera puesto aparte para gloria de su nombre. “Es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico... Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo”. Éxodo 31:13, 16.—The Signs of the Times, 22 de noviembre de 1899. [136] 139
martes, 26 de junio de 2012
lunes, 25 de junio de 2012
Un triple milagro revela la santidad del sábado,
Cada semana, durante su largo peregrinaje por el desierto, los israelitas presenciaron un triple milagro que debía inculcarles la santidad del sábado: cada sexto día caía doble cantidad de maná, nada caía el día séptimo, y la porción necesaria para el sábado se conservaba dulce sin descomponerse, mientras que si se guardaba los otros días, se descomponía. En las circunstancias relacionadas con el envío del maná, tenemos evidencia conclusiva de que el sábado no fue instituido, como muchos alegan, cuando la ley se dio en el Sinaí. Antes de que los israelitas llegaran al Sinaí, comprendían perfectamente que tenían la obligación de guardar el sábado. Al tener que recoger cada viernes doble porción de maná en preparación para el sábado, día en que no caía, la naturaleza sagrada del día de descanso les era recordada de continuo. Y cuando parte del pueblo salió en sábado a recoger maná, el Señor preguntó: “¿Hasta cuando no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?” Éxodo 16:28. “Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán”. Durante cuarenta años se les recordó diariamente, mediante esta milagrosa provisión, el infaltable cuidado y el tierno amor de Dios. Conforme a las palabras del salmista, Dios les dio “trigo del cielo. Pan de ángeles comió el hombre” Salmos 78:24, 25 (VM); es decir, alimentos provistos para ellos por los ángeles. Sostenidos por el “trigo del cielo”, recibían diariamente la lección de que, teniendo la promesa de Dios, estaban tan seguros contra la necesidad como si estuvieran rodeados de los ondulados trigales de las fértiles llanuras de Canaán.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 302, 303.
domingo, 24 de junio de 2012
En el sexto día, preparación para el sábado
En el sexto día se encontró que había sido depositada una doble cantidad [de maná], y el pueblo recogió dos gomeres por persona. Cuando los jefes vieron lo que estaban haciendo, inmediatamente hicieron saber a Moisés esa aparente violación de sus instrucciones, pero su contestación fue: “Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana”. Éxodo 16:23. Así lo hicieron, y vieron que no se echó a perder. Y Moisés dijo: “Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo. Seis días lo recogeréis, mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará”. Éxodo 16:25. El Señor no es menos exigente ahora en cuanto a su sábado de lo que lo fue cuando dio estas instrucciones especiales a los hijos de Israel. Ordenó que cocieran lo que tenían que cocer, y cocinar (es decir, hervir) lo que tenían que cocinar en el día sexto, día de preparación para el descanso del sábado. Los que descuidan hacer una preparación adecuada en el sexto día para el sábado, violan el cuarto mandamiento, y son transgresores de la ley de Dios. En sus instrucciones a los israelitas, Dios les prohibió que cocieran y cocinaran en sábado. Esa prohibición debería ser considerada por todos los observadores del sábado como un mandato solemne de Jehová para ellos. [De esta manera] el Señor guardaría a su pueblo de comer con exceso el sábado, día que puso aparte para la meditación y la adoración sagradas... Dios manifestó su gran cuidado y amor por su pueblo al enviarles pan del cielo. “Todos ellos comieron pan de ángeles” Salmos 78:25 (NVI); es decir, pan que le proveyeron los ángeles... Después que fueron provistos con tal abundancia de alimento, se avergonzaron de su incredulidad y sus murmuraciones, y prometieron confiar en el Señor para el futuro.—The Signs of the Times, 15 de abril de 1880.
miércoles, 20 de junio de 2012
El Sábado señal de lealtad: El sábado eleva la mente hacia el creador
El sábado eleva la mente hacia el creador
Muchos profesos cristianos de hoy día están cerrando su corazón y su mente al Sol de justicia, cuyos brillantes rayos ahuyentarían la oscuridad y la niebla que existe en ellos. Rechazan la luz, y para ellos los requerimientos y la voluntad de Dios tienen una importancia secundaria. En lugar del día de descanso que Dios les ha dado, aceptan un sábado falsificado; adoran a un ídolo y transgreden la santa ley de Dios al pisotear el sábado que Dios instituyó y bendijo. El sábado fue creado para que toda la humanidad recibiese beneficio. Después que Dios hubo hecho el mundo en seis días, reposó, y luego santificó y bendijo el día en que había reposado de todas sus obras que había creado y hecho. Puso aparte ese día especial para que los seres humanos descansasen de su trabajo, con el fin de que mientras miraran la tierra y los cielos, las pruebas tangibles de la sabiduría infinita de Dios, su corazón se llenase de amor y reverencia hacia su Creador. Si la familia humana hubiera guardado siempre el día que Dios bendijo y santificó, nunca habría habido un ateo en nuestro mundo; porque el sábado fue dado como un monumento conmemorativo de la obra del creador; fue dado para que, en ese día en un sentido especial, la gente pudiera apartar su mente de las cosas de la tierra para dedicarlas a la contemplación de Dios y de su grandioso poder... Los paganos, en su ceguera, se inclinan ante ídolos de madera y de piedra. “Éstos son nuestros dioses”, dicen. Pero en el cuarto mandamiento tenemos la prueba de que nuestro Dios es el Dios viviente y verdadero. En él está el sello de su autoridad: “...porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que hay en ellos, y reposó en el séptimo día; por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. Éxodo 20:11. En los cielos que declaran la gloria de su Hacedor; en el sol brillando en su fuerza, dando vida y belleza a todas las cosas creadas; en la luna y las estrellas; en las obras de sus manos; [en todo eso] vemos la superioridad del Dios que adoramos. Él es el Dios que “hizo los cielos y la tierra”.—The Bible Echo, 12 de octubre de 1896.
martes, 19 de junio de 2012
El santuario y el sábado
lunes, 18 de junio de 2012
Seis días para nosotros, sólo uno para Dios
Al mismo comienzo del cuarto mandamiento, el Señor dijo: “Acuérdate”. Él sabía que los hombres y las mujeres, en la multitud de sus cuidados y perplejidades, se verían tentados a excusarse de satisfacer todo lo requerido por la ley; o que en la presión de sus negocios terrenales se olvidarían de su importancia sagrada. “Seis días trabajarás y harás toda tu obra”, es decir, las ocupaciones acostumbradas de la vida, para beneficio mundanal o para placer. Estas palabras son bien explícitas; están muy claras. Hermano K. ¿cómo osa atreverse a transgredir un mandamiento tan solemne e importante? ¿Ha hecho el Señor una excepción por la cual usted queda absuelto de la ley que ha dado al mundo? ¿Se pasan por alto sus transgresiones del libro de registro? ¿Ha aceptado Dios excusar su desobediencia cuando las naciones pasen ante él en el juicio? No se engañe ni por un momento con el pensamiento de que su pecado no llevará su merecido castigo. Sus transgresiones serán visitadas con la vara, porque tuvo la luz y sin embargo caminó en dirección contraria a ella. “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes”. Lucas 12:46. Dios nos ha dado seis días en los cuales hacer nuestra obra y llevar a cabo las ocupaciones comunes de la vida; pero él reclama un día que ha puesto aparte y ha santificado. Nos lo da como un día en el cual podemos descansar del trabajo y dedicarnos a la adoración y al mejoramiento de nuestra condición espiritual. ¡Qué flagrante ultraje es para nosotros robar el día santificado de Jehová y apropiarnos de él para nuestros propios propósitos egoístas! Es la presunción más grave para los seres mortales el arriesgarse a un compromiso con el Todopoderoso para asegurar sus intereses temporales insignificantes. Es una violación tan inexorable de la ley usar ocasionalmente el sábado para los negocios seculares como rechazarlo del todo, porque eso hace de los mandamientos del Señor un asunto de conveniencia.—Testimonies for the Church 4:249.
El Sábado y la puerta Abierta y Cerrada de apocalipsis
El sábado 24 de marzo de 1849 tuvimos con los hermanos de Topsham, Maine, una reunión muy agradable e interesante. El Espíritu Santo fué derramado sobre nosotros y fuí arrebatada en Espíritu a la ciudad del Dios viviente. Luego se me mostró que los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo acerca de la puerta cerrada no pueden separarse, y que el tiempo en que los mandamientos de Dios habían de resplandecer en toda su importancia y cuando el pueblo de Dios había de ser probado acerca de la verdad del sábado era cuando se abriese la puerta en el lugar santísimo del santuario celestial, donde está el arca que contiene los diez mandamientos. Esta puerta no se abrió hasta que hubo terminado la mediación de Jesús en el lugar santo del santuario en 1844. Entonces Jesús se levantó, cerró la puerta del lugar santo, abrió la que da al santísimo y pasó detrás del segundo velo, donde está ahora al lado del arca y adonde llega la fe de Israel ahora. Vi que Jesús había cerrado la puerta del lugar santo, y nadie podía abrirla; y que había abierto la puerta que da acceso al lugar santísimo, y nadie puede cerrarla. Apocalipsis 3:7, 8;1 y que desde que Jesús abrió la puerta que da al lugar santísimo, que contiene el arca, los mandamientos han estado brillando hacia los hijos de Dios, y éstos son probados acerca de la cuestión del sábado. Vi que la prueba actual acerca del sábado no podía producirse antes que terminase la mediación de Cristo en el lugar santo y él hubiese pasado al interior del segundo velo. Por lo tanto, los cristianos que durmieron antes que se abriese la puerta de acceso al santísimo cuando terminó el clamor de medianoche, el séptimo mes, en 1844, sin haber guardado el verdadero día de reposo, descansan ahora en esperanza; porque no tuvieron la luz ni la prueba acerca del sábado que tenemos ahora desde que la puerta se abrió. Vi que Satanás estaba tentando acerca de este punto a algunos de los hijos de Dios. Debido a que tantos buenos cristianos se durmieron en los triunfos de la fe sin haber guardado el verdadero día de reposo, dudaban de que éste fuese una prueba para nosotros ahora. Los enemigos de la verdad presente han estado tratando de abrir la puerta del lugar santo, que Jesús cerró, y de cerrar la puerta del lugar santísimo, que él abrió en 1844, donde está el arca que contiene las dos tablas de piedra en las cuales fueron escritos por el dedo de Jehová los diez mandamientos. En este tiempo de sellamiento Satanás está valiéndose de todo artificio para desviar de la verdad presente el pensamiento del pueblo de Dios y para hacerlo vacilar. Vi una cubierta que Dios extendía sobre su pueblo para protegerlo en tiempo de aflicción; y toda alma que se hubiese decidido por la verdad y fuese de corazón puro había de ser cobijada por la cubierta del Todopoderoso. Satanás sabía esto y obraba con gran poder para mantener vacilantes y perturbados acerca de la verdad a tantos como le fuese posible.
jueves, 14 de junio de 2012
Un día que señala al poder y el amor de Dios,
Dios miró con satisfacción la obra de sus manos. Todo era perfecto, digno de su divino Autor; y él descansó, no como quien estuviera fatigado, sino satisfecho con los frutos de su sabiduría y bondad y con las manifestaciones de su gloria. Además de descansar el séptimo día, Dios lo santificó; es decir, lo escogió y apartó como día de descanso para la humanidad. Siguiendo el ejemplo del Creador, el ser humano había de reposar durante este sagrado día, para que, mientras contemplara los cielos y la tierra, pudiese reflexionar sobre la grandiosa obra de la creación de Dios; y para que, mientras mirara las evidencias de la sabiduría y bondad de Dios, su corazón se llenase de amor y reverencia hacia su Creador. Al bendecir el séptimo día en el Edén, Dios estableció un recordativo de su obra creadora. El sábado fue confiado y entregado a Adán, padre y representante de toda la familia humana. Su observancia había de ser un acto de agradecido reconocimiento, por parte de todos los que habitasen la tierra, de que Dios era su Creador y su legítimo Soberano, de que ellos eran la obra de sus manos y los súbditos de su autoridad. De esa manera la institución del sábado era enteramente conmemorativa, y fue dada para toda la humanidad. No había nada en ella que fuese oscuro o que limitase su observancia a un solo pueblo... Dios quiere que el sábado dirija la mente de todos los seres humanos hacia la contemplación de las obras que él creó. La naturaleza habla a sus sentidos, declarándoles que hay un Dios viviente, Creador y supremo Soberano del universo. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra al otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría”. Salmos 19:1, 2. La belleza que cubre la tierra es una demostración del amor de Dios. La podemos contemplar en las colinas eternas, en los corpulentos árboles, en los capullos que se abren y en las delicadas flores. Todas estas cosas nos hablan de Dios. El sábado, señalando siempre hacia el que lo creó todo, manda a los hombres y a las mujeres que abran el gran libro de la naturaleza y escudriñen allí la sabiduría, el poder y el amor del Creador.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 28, 29.
El sábado: dedicado para toda la humanidad
Hay quienes sostienen que el sábado fue dado únicamente para los judíos; pero Dios nunca dijo eso. Le confió su sábado a su pueblo Israel como un depósito sagrado; pero el mismo hecho de que eligiera el desierto de Sinaí y no Palestina para proclamar su ley, revela que su propósito era dársela a toda la humanidad. La ley de los Diez Mandamientos es tan antigua como la creación. Por lo tanto, la institución del sábado no tiene ninguna relación especial con los judíos, que no tenga con todos los demás seres creados. Dios ha hecho que la observancia del sábado sea obligatoria para todos los demás seres creados. “El sábado”, se dice claramente, “fue hecho para el hombre”. Marcos 2:27. Por lo tanto, que cada persona que se encuentre en peligro de ser engañada en este punto escuche la Palabra de Dios en vez de las aseveraciones humanas. En Edén Dios le dijo a Adán acerca del árbol del conocimiento: “El día que de él comieres, ciertamente morirás”. “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” Génesis 2:17; 3:4, 5. Adán obedeció la voz de Satanás que le hablaba a través de su esposa; le creyó a una voz diferente de la que había promulgado la ley en el Edén.—Exaltad a Jesús, 47. Cada ser humano ha sido colocado a prueba como lo fueron Adán y Eva en el Edén. Así como el árbol de la ciencia fue colocado en medio del huerto del Edén, así el mandamiento del sábado está colocado en medio del Decálogo. En cuanto al fruto del árbol de la ciencia se presentó la prohibición: “No comeréis de él... para que no muráis”. Génesis 3:3. Dios dijo del sábado: No lo profanen, sino guárdenlo santamente. “Acuérdarte del día de reposo para santificarlo”. Éxodo 20:8. Así como el árbol de la ciencia fue la prueba de la obediencia de Adán, así el cuarto mandamiento es la prueba que Dios ha dado para probar la lealtad de todos los suyos. La experiencia de Adán ha de ser una amonestación para nosotros mientras dure el tiempo. Nos advierte que no recibamos ninguna afirmación de boca de mortales o de ángeles que menoscabe una jota o una tilde de la sagrada ley de Jehová.—Comentario Bíblico Adventista 1:1120.
El pueblo de Dios guarda el sábado
Dios santificó y bendijo el día en el que descansó de toda su prodigiosa obra. Y ese sábado, santificado por Dios, iba a ser guardado por pacto perpetuo. Era un monumento conmemorativo que iba a permanecer de era en era, hasta el fin de la historia de la tierra. Dios sacó a los hebreos de la esclavitud de Egipto y les ordenó que observaran su sábado, y que guardaran la ley dada en el Edén. Cada semana obró un milagro para grabar en su mente el hecho de que en el principio del mundo él había instituido el sábado... En el mes tercero llegaron al desierto del Sinaí y allí se promulgó la ley desde el monte con una grandiosidad aterradora. Durante su permanencia en Egipto, Israel había oído y había visto practicar la idolatría por tanto tiempo que habían perdido en alto grado su conocimiento de Dios y de su ley, y su sentido de la importancia y la santidad del sábado; la ley fue dada por segunda vez para traer esas cosas a su recuerdo. En los estatutos de Dios estaba definida la religión práctica para toda la humanidad. Ante Israel se colocó la norma de justicia. “Habló además Jehová a Moisés diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo”. Éxodo 31:12, 13. Algunos, que han estado deseosos de anular la ley de Dios, han citado esta palabra, “sábados”, interpretando que significa los sábados anuales de los judíos. Pero esas personas no relacionan esta exigencia positiva con lo que sigue: “Porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el día séptimo cesó y reposó”. Éxodo 31:13-17.—The Review and Herald, 30 de agosto de 1898.